sábado, 30 de agosto de 2014

Había una vez...

Había una vez una gladiadora llena de heridas, que cogió todo su dolor y lo transformó en puras ganas de vivir.

Guardó su escudo, su lanza y su ira, y los cambió por unos brazos abiertos siempre dispuestos a abrazar, una sonrisa en su boca y una palabra de aliento para quien la pudiera necesitar.

Pasó de mirarse al espejo y sentirse imperfecta a reconocerse en cada rincón hermoso y cálido de la creación.

Dejó de sentirse fuera de lugar y empezó a buscar la tan ansiada fraternidad.

Lamió sus heridad y las bendijo, ellas la han hecho ser quien es. Una mujer poderosa que ama con todo su ser.

Ahora ya no quiere luchar, cambió la guerra por la hermandad.

Se ha dado cuenta que ya no le vale pelear, en cambio anhela poder su verdad expresar.

Decidió ser un filtro de luz, ese es su desafío. No le es fácil, pero está comprometida. Lo firmó a sangre y fuego y siempre lo tiene presente, jamás lo olvida.

Había una vez una gladiadora, llena de heridas, que transformó el dolor en Amor e hizo de ello su vida...

Vanessa Cánovas.

8 comentarios:

  1. Gracias por ese trabajo de pura alquimia desde el corazón ;)

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  2. Gracias ! Vanesa ,x tan Maravillosa presentación ,son caricias para mi alma . Gracias! ""Namaste"

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  3. Muchislmas ! Gracias ! Por tus maravillosas palabras ,son caricias para mi alma ! Besos de luz , tere Mombelli

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  4. Hola. Hermosa expresión. A mi hija de tan solo nueve años le fascinó.

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