lunes, 3 de febrero de 2014

Farsas de control

Los seres humanos tenemos a nuestra disposición una fuente inagotable de energia. Esta energia esta al alcance de todos, solo se nos pide una cosa, que vivamos en un estado permanente de benevolencia.

Existe un lema tipico de los Kahunas que dice asi:
No herir, ni transgredir para merecer.

No herir a nadie ni a nosotros mismos de pensamiento, palabra u obra.

No transgredir ninguna de las leyes espirituales que son las que nos ayudan a entender cual es en realidad la naturaleza del mundo en el que vivimos.

Para merecer, ni más ni menos, que ese acceso ilimitado a la energia Divina que todo lo envuelve.

Generalmente los seres humanos vivimos desconectados de esa fuente, todos en algún momento herimos aunque sea de pensamiento alguna vez, transgredimos constantemente las leyes que nos rigen pués, para empezar, la mayoria de nosotros ni siquiera las conocemos.

Pero, ¿que sucede todo ese tiempo en el que vivimos sin estar conectados?
Sucede que empezamos a competir unos con otros en una pugna por el poder, el poder que nos hace sentir la energia que le sustraemos a nuestros semejantes.

Cada uno de nosotros utiliza una farsa de control diferente dependiendo de nuestra educación y de las farsas que desempeñaban aquellos que nos criaron.

Existen cuatro:
Interrogador.
Esta persona se gana tu confianza, consigue que le cuentes todo y luego te critica dandote sermones de como "deberias" según el haber actuado.

Acusador.
Persona inflexible, perfeccionista, intolerante, siempre hay un motivo para insultar, gritar o menospreciar a los demás. Es el que más necesitado de amor y de energia está, aunque nos cueste creerlo.

Pobre de mi.
La eterna victima, todos se aprovechan de el, todos le agreden, el nunca es responsable de lo que le pasa. Suele ser el mas manipulador de todos.

Y por ultimo el Reservado.
Persona que capta la energia ajena creando misterio a su alrededor, nos cuesta sacarle las palabras, agota a todos los que le rodean por lo inaccesible que es.

Hasta aqui bien, seguro reconoces y te reconoces en una o varias de ellas, pero, ¿como aprendemos nuestra farsa de control? Muy sencillo, cada uno de nosotros crea la suya a raiz de defenderse de la de sus padres o educadores.

Los Acusadores crean otros acusadores o pobres de mi.

Los interrogadores forman hijos reservados, que aprenden a defenderse blindandose contra los posibles ataques.

Los padres ausentes y reservados son los perfectos para que se de un interrogador pues este niño aprende que preguntando y juzgando puede saciar su apetito energetico.

Y los victimistas o pobres de mi crean otros pobres de mi.

Cuando cada uno de nuestros padres utiliza una farsa de control nosotros desarrollaremos aquella que más nos afecte, incluso podemos adoptar dos distintas y luego según con quien recurrir a una u otra.

Por otro lado deciros que todos nosotros hemos caido en esta trampa miles de veces, por ello no debemos juzgar a nadie ni a nosotros mismos cuando nos descubramos en una de ellas. Tan solo tomar consciencia de lo que está ocurriendo y renunciar a ello.

Si es otra persona la que utiliza una farsa con nosotros sencillamente desmontarsela, ¿como? Haciendole ver lo que está haciendo de una forma amorosa y dejandole claro que no vamos a interactuar con el cediendoles nuestro poder.

A veces me pregunto que tal seria el mundo si todos nosotros dejaramos nuestras farsas y estupidas pugnas y nos dedicasemos a vivir conectados....
Seria un mundo naravilloso ¿verdad? para que esto ocurra el primer paso es tomar consciencia y después AMAR.

Gracias por leerme, hasta pronto!!

Vanessa Cánovas.

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