Calma, esa calma necesaria que los empujones de la vida se empeñaron en no darme.
La que clama de mi pecho y se apretuja en mis sienes apretando con su fuerza, más dejándome inerte, cuando siento que te pierdes.
Calma, esa calma que me quitan, que me das cuando me abrazas y que siento cuando me amas mientras los demás se duermen.
Calma, esa calma...
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