¡Hola querido lector!. Lamento mucho no estar escribiendo más ultimamente, he estado muy ocupada cambiando mi vida y he dejado de lado una de las cosas que más me motiva, escribir.
Curiosamente, escribo desde mi cama ya que debo guardar reposo a causa de una rotura ósea menor. Está claro que la vida cuando quiere te para...
Hoy quiero hablarte de la importancia de cuidar tu entorno vibratorio. Recientemente he tenido una experiencia vital donde se me ha puesto a prueba y, como no, ha sido dura.
Como ya os conté en mi último post, he decidido seguir a mi corazón me lleve donde me lleve. Pues bien, no es fácil, eso ya os lo digo yo. No es fácil pero si totalmente necesario para vivir en coherencia y poder algún día disfrutar de una vida plena. Os cuento mi experiencia.
Hace unos meses tome la decisión de tomar las riendas de mi vida y cambiar todo a mi alrededor. Donde estaba me sentía estancada, cómoda, pero totalmente sin posibilidad de crecer. Por desgracia muchas veces para esto necesitamos una fuente de ingresos económica y yo no la tenía. Empecé a buscar trabajo, sin mucha suerte, hasta que se me ocurrió la idea de alquilar un gabinete de belleza y hacerme autónoma. Fui a ver varios sitios y cuando menos lo esperaba recibí una llamada para ofrecerme "el sitio perfecto".
Era genial, muy bonito. Estaba cerca de mi nuevo hogar y las personas que me lo alquilaban y serían mis compañeras se veían acogedoras. El precio era coherente y todo se me dio de forma fácil. Creo que la vida sabe como nadie crear el escenario perfecto para ponernos a prueba, eso es algo que no dudo.
En un par de meses de estar allí hice los preparativos para dar el salto, cambio de colegio, apartar enseres personales para la mudanza, trabajar y trabajar con la esperanza de alcanzar esa independencia económica y todo fuera redondo. Para un autónomo, en este país, obtener una economía que le permita sobrevivir es más una esperanza que una certeza, una pena pero es así.
Ahora viene lo que quiero contaros. No pasó mucho tiempo hasta que empecé a notar ciertas resistencias en mi entorno laboral. Como persona altamente sensible que soy no es necesario decirme nada, lo percibo. Siento en cada célula de mi ser cuando alguien está cómodo conmigo y también cuando no lo está. Pues bien, sentía que algo no iba bien.
Yo soy una persona con un sentido de la libertad elevado. Amo mi libertad igual que amo la de los demás pero mi experiencia me dice que esto no gusta a todo el mundo, tal vez eso fuera lo que originó el conflicto.
La que era mi compañera adoptó una postura extraña hacia mi. Pasó de apoyar todas mis publicaciones y compartirlas, a dejar de seguir mi página laboral, donde publicitaba todo mi trabajo. Cuando asistía a algún curso de crecimiento personal o lo impartía, cosa que me apasiona, lejos de preguntarme que tal me había ido hacia como si nada, generando una sensación en mi muy desagradable de tener que compartir mi tiempo con personas a las que les importaba muy poco mi bienestar. Increíble la cara de desaprobación que ponía cada vez que cogia un día libre, y que decir de los suspiros apesadumbrados que tenía cuando pasaba por mi lado.
Me daba cuenta todos los días de la tensión, de que deseaba subordinarme a pesar de ser yo la que pagaba por usar sus instalaciones. Podía sentir que algo en mi le resultaba molesto hasta que un día me echó una bronca monumental por algo personal que publiqué en mi facebook sobre la pereza. En aquel momento me di cuenta que clase de persona tenía delante y también que mi intuición no me engañaba, bueno, esta no me engaña nunca. Compartir tu espacio con alguien susceptible en extremo, con una personalidad frágil, soberbio y con necesidad de enjuiciar y corregir a otros constantemente es algo que no te recomiendo. Es una situación tóxica que más tarde o más temprano te explotará en la cara.
Desde ese momento quise salir de allí, no quería compartir mi tiempo con ella. Mi sonrisa era forzada y mi corazón se encogía cada mañana al entrar por la puerta pero mi mente me decía que tenía que aguantar, que había invertido mucho, que necesitaba ese trabajo, etc, etc, etc
Todos sabemos lo convincente que puede ser nuestro ego...
Curiosamente al consultarle a mi corazón este me decía: No hagas nada, no te muevas. No estás en el lugar apropiado pero no será necesario que tomes la iniciativa, se dará sola la situación que te saque de aquí.
Y así fue, una tarde sin comerlo ni beberlo tuve que ver como esta chica explotaba delante de mi cara y dejaba al descubierto toda la ira y la desaprobación que almacenaba en su interior hacia mi. Su reacción desproporcionada e irrespetuosa a un comentario mio delante de la clientela hizo que viera claro el camino de salida de aquel lugar que parecía mi pasaporte a una nueva vida y que resultó ser una auténtica prueba de fé.
Al día siguiente di mi petición de rescindir nuestro contrato y, a su favor debo decir, que no puso impedimento alguno, cosa que le agradezco.
Pero todo esto no tendría sentido contarlo si no fuera por el aprendizaje extraído. Estoy segura, que tú que me lees te has visto en situaciones de este tipo más de una y mas de dos veces. Vivimos en un planeta donde se nos pone a prueba continuamente y, la mayoría de veces, es a través de las relaciones.
He aprendido que no importa cuales son las circunstancias. Lo importante es ser fiel a uno mismo, negarse a vivir en un ambiente tóxico, seguir a nuestro corazón aunque parezca una auténtica locura lo que nos propone, confiar en la vida, dar saltos de fé y amar cada situación que llega a nosotros.
Lo bonito de todo esto y con lo que me quedo, es con la ausencia total de resentimiento. No tengo ningún mal pensamiento hacia esta persona, al contrario. Le agradezco haberse ofrecido, inconscientemente, a formar parte de la matrix que el universo organiza a cada instante para que yo evolucione. No hay más. La vida quería que yo confiara y me ha puesto este examen que espero haber aprobado a su gusto.
Por otra parte y debido a esta pequeña rotura ósea, estoy teniendo tiempo para conectar con mi corazón y tener la certeza de que todo me será dado, no tengo dudas.
Deseo que te ames tanto que cuando alguien te trate mal te des cuenta enseguida y vueles. Que no admitas toxicidad en tu vida, reclamos forzosos o a personas que no te quieran ver volar. No, tu mereces más que eso. Lo mereces todo. Gente que te quiera, te apoye, te aplauda y se sienta bien en tu presencia. Deseo que te ames de esta manera. Y cuando no te lo pongan fácil sepas salir de donde estés sin miedo, todo eso te deseo.
Gracias por leerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta esta entrada.