martes, 30 de junio de 2015

Coherencia.

Hace algún tiempo vengo dándole vueltas a la palabra coherencia, no por que me haga gracia, si no por que he comprendido que, en mi vida, hasta hace muy poco, faltaba una gran dosis de ella.

Hace unos meses tuve que enfrentarme a esta realidad, pues hablaba, por ejemplo, de vivir sin miedo pero mi vida estaba llena de el. Si, me he engañado mil veces intentando hacerme creer a mi misma que actuaba lo mejor posible, sabiendo en el fondo que no era cierto.

Hoy quiero hablarte de la importancia de vivir en  coherencia y en que consiste.

Todos tenemos un corazón, y este corazón, cuenta con un cerebro propio.
Tu  corazón está conectado con tu plan de alma, el sabe cual es el camino.
Lo que ocurre es que el corazón no entiende de miedos ni limitaciones, y por ello es tan sumamente difícil seguirlo a veces.

Mientras el desea que lo escuches para poder guiarte, tu mente intelectual te frena, te cuenta todas las contras y hace lo posible por llevarte por otro camino más "seguro".

En realidad tu mente te sabotea, aunque no lo creas, por amor a ti. Desea protegerte. Esta protección es guiada por el ego, por la mente subconsciente llena de memorias erroneas y creencias limitantes y por lo tanto no está en lo cierto.

Nuestro corazón está conectado cuanticamente con las infinitas posibilidades beneficiosas que nos llevarán hacia nuestro destino soñado. No hacerle caso hará que no vivamos coherentemente y por lo tanto enfermemos. La mayoría de veces la enfermedad es una señal de alarma que nos avisa de que no estamos haciendo caso a nuestro corazón, no estamos viviendo nuestra verdad, y por lo tanto estamos viviendo nuestra propia muerte.

He decidido vivir en coherencia y es la cosa más difícil que he tenido que hacer en toda mi vida. Es difícil por que he tenido que salir de mi zona de confort, darle la vuelta a mi existencia como si de un calcetín se tratase y saltar al vacío sin saber si habrá algo, o alguien, para amortiguar la caída.

Es curioso ver como mi mente inventa incontables excusas para echar marcha atrás y "enmendar" el entuerto, mientras mi corazón aplaude y me grita ¡un paso más, sigue adelante!

Me siento fascinada con esta certeza que tanto ansiaba tener. La certeza de seguir a mi corazón, de ir donde el me lleve...me lleve donde me lleve.



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